
¿Por qué esto de Guía Sentimental? Pues porque la ciudad de Buenos Aires es un lugar que nos ha marcado para siempre. Y no podíamos hacer una guía al uso de sitios, visitas y recomendaciones, sino que nos veíamos en la necesidad que contar un poco nuestra impresión y nuestras emociones sobre por qué Buenos Aires nos ha maravillado sobremanera.
Aunque quedarán muchas cosas fuera (sus habitantes son tan singulares que necesitaríamos otra entrada del Blog para compartirlo) hemos incluido unos off-topic sobre aspectos de la ciudad que no son estrictamente visitas o lugares y que quizás nos ayudarán a transmitir la idiosincrasia de este particular lugar
Esperamos que, de una manera u otra, esta guía os sea de utilidad y que disfrutéis leyéndola.
CONTENIDOS
(Pincha en cualquier título y te llevará a la sección)
- Plaza de Mayo
- Avenida de Mayo
- Palacio Barolo
- Congreso de la Nación
- Obelisco
- Edificio obras públicas
- Calle Corrientes
- Teatro Colón
- Caminito
- Colón Fábrica
- Los bosques
- ESMA
- Chinatown y Belgrano
- A.R.A. Sarmiento
- Puente de la Mujer
- Centro Cultural Kirchner
- Nacional de Bellas Artes
- MALBA
- Palacio aguas corrientes
- Basílica María Auxiliadora
- Cementerio de la Chacarita
- Librería El Ateneo
EXCURSIONES FUERA DE BUENOS AIRES
- Colonia del Sacramento (Uruguay)
- Tigre
OFF-TOPICS
MICROCENTRO
Empezamos esta guía por donde empezamos a conocer nosotros Buenos Aires: por el centro de la ciudad. El Barrio de Montserrat, más conocido entre los porteños como Microcentro es el que concentra el mayor número de edificios notables y por el que más gente circula durante el día.
PLAZA DE MAYO
La Plaza de Mayo es el Km. 0 de la ciudad. Considerada como el área más antigua de Buenos Aires, es el mejor punto para iniciar las visitas a la ciudad y así lo hicimos nosotros.

La plaza de Mayo es uno de esos sitios en los que sientes el peso de la historia. Sí, es cierto, es una afirmación un poco cursi pero es que es así. Ha sido, a lo largo de los años, escenario de batallas, pronunciamientos, fiestas, protestas (las imágenes de las Madres de Mayo dando vueltas a la estatua para evitar ser detenidas por manifestarse, son ya historia), y de alguna manera todo eso se nota cuando te sientas en uno de sus bancos y contemplas este magnífico escenario.
La plaza está rodeada de edificios de gran importancia histórica y la preside la célebre Casa Rosada. Sede del gobierno y uno de los edificios más viejos de la ciudad, podríais hacer colección de las leyendas que os explicarán de el por qué del particular color de la pintura de su fachada. Nosotros escogimos una, tan veraz, o no, como todas las otras. En una de tantas guerras en la época de la independencia, luchaban el ejercito rojo contra el blanco. El cabildo, intentando ser garante de la neutralidad, pintó la casa de un neutral color rosa mezcla de los dos. Bueno.

AL norte de la plaza se levanta la Catedral Metropolitana. Con una fachada que más nos pareció un templo griego que una iglesia, de clara influencia neoclásica francesa, es bastante fastuosa aunque no destacaría por algo particular si no fuera por un curioso detalle: la tumba del padre de la patria, José de San Martín. Aparte de la espectacularidad de la cripta, un Panteón de Roma en pequeñito, tiene la curiosidad de que resuelve un problema de la época: ¿Cómo enterrar al mayor prócer de la patria en una catedral católica siendo como era masón? Fácil: añadimos la capilla que sobresalga de la planta de la catedral y asunto solucionado. Y así es como se puede ver hoy en día.
Otro edificio notable es el del Cabildo, en el lado oeste de la plaza. Es de los pocos vestigios coloniales de la ciudad. Originariamente ayuntamiento y modificado decenas de veces, hoy en día está reconvertido en museo de la ciudad.
AV. DE MAYO

De la Plaza de Mayo parte la señorial Avenida de Mayo que seguramente es una de las arterias con más personalidad de la ciudad. Originalmente fue donde los adinerados argentinos construyeron sus palacios y edificios notables, casi siempre inspirados en la arquitectura europea y levantados por arquitectos franceses, italianos o belgas que dejaron su impronta, tanto que la sensación de estar paseando por el centro de París o de Madrid es notable. A media calle, antes de llegar a 9 de Julio pudimos ver el antiguo Edificio de la prensa, lugar donde se reunían los inmigrantes españoles para leer en sus grandes cartelones las noticias que llegaban de la Guerra Civil
Son muchos los edificios regios y los cafés notables que se pueden admirar en esta avenida. Visitamos dos de ellos, pero ya hablaremos de estos magníficos locales más tarde.
PALACIO BAROLO

Cruzando 9 de Julio, antes de llegar a la gran explanada del Congreso, se levanta el imponente Palacio Barolo, un singular edificio de oficinas. Hicimos una visita guiada que resultó muy interesante porque nos ayudó a comprender la cantidad de curiosidades que acumula este disparatado edificio. Fue obra del italiano Mario Palanti en 1923 siguiendo las alucinadas directrices del potentado Barolo. Obsesionados ambos por la Divina Comedia, diseñaron el edificio en estilo neogótico ecléctico guiados por la numerología de la Divina Comedia de Dante y reproduciendo el viaje del infierno (vestíbulo) al cielo (piso 22, el número de cantos del poema). Sus 100 metros hicieron de él que fuera el edificio más alto de Suramérica en su momento. ¿Os podéis creer que en su folie a deux, los amigos construyeron una urna para guardar las cenizas del poeta? Obviamente no las consiguieron nunca.

Tiene un par de espectaculares terrazas panorámicas donde tomar una cerveza mientras contemplas el atardecer y la joya del edificio: el espectacular faro de la punta superior, que encendieron para nosotros y que se construyó a modo de portal de bienvenida a los visitantes. La intención era trazar un puente de luz con su gemelo en Montevideo, el Palacio Salvo. Problema inesperado: la curvatura de la Tierra impide, obviamente, que se lleguen a tocar los haces de luz. Pero qué más da, la intención es lo que cuenta.
CONGRESO DE LA NACIÓN

Se levanta al final de la Avenida de Mayo, con lo que, en la distancia, está en un curioso cara a cara con la Casa rosada, pareciera que controlándose mutuamente. Diseñado por Vittorio Meano y Julio Dormal (los mismos del Teatro Colón), se inauguró el 12 de mayo de 1906, aunque la obra se concluyó en 1946. Cómo era costumbre en la época, los materiales para su construcción vinieron de Europa: mármol de Carrara y Alicante, piso de mosaico alemán, vitrales franceses, granito belga… Es de estilo ecléctico (cómo no) y líneas grecorromanas.

Un tour nos guió por las diferentes estancias del Congreso. Nos hizo especial ilusión visitar el Salón Rosado, rebautizado como Salón de Eva Perón, donde las mujeres de la época se reunían con Evita para avanzar en la lucha por los derechos de las mujeres; no solo para que pudieran votar, si no para que también participarán de la política. En 1947 se aprobó la Ley Evita, y en 1952 las primeras 23 diputadas y senadoras asumieron sus bancas.
Pudimos ver el Salón Azul, con su araña colgante de bronce de 2054 Kg (no pasamos por debajo por si las moscas). La cámara de los senadores, el salón de los Pasos Perdidos, antesala de la Cámara de Diputados y la propia Cámara de los diputados. Con sus 257 bancas dispuestas en forma de hemiciclo y sus balcones para invitados y para el pueblo. Nos resultó curioso ver que los asientos todavía conservan el cenicero.
AVENIDA 9 DE JULIO

Es la avenida central de la ciudad y se abrió para comunicar las dos principales estaciones de tren de Buenos Aires: la de Retiro al norte y la de Constitución al sur. Dicen los porteños que es la avenida más ancha del mundo. No sabemos si es una exageración, pero lo cierto es que es gigantesca, y tardas un buen rato y dos o tres tandas de semáforos para cruzarla. Es un eje principal de comunicaciones y sí o sí te la vas a encontrar en tus periplos por Buenos Aires. Estos son algunos de los puntos de interés que vimos a lo largo de la Avenida.
OBELISCO

¿Queréis haceros una selfi para demostrar que has estado en Buenos Aires? Pues vuestro sitio es el Obelisco. Situado en el centro de la avenida, en la intersección con la Calle Corrientes, es el punto de encuentro de los ciudadanos ya sea para protestar o para celebrar victorias deportivas. Está situado (dicen) en el punto donde el General Belgrano izó la bandera argentina por primera vez en 1812, en la iglesia de San Nicolas de Bari (demolida para construir la avenida en 1939). Mide 67,5 metros y se construyó en tan solo 30 días. Y lo que decíamos, si os queréis hacer una foto con él detrás, armaos de paciencia porque las colas de turistas son interminables.
EDIFICIO DE OBRAS PÚBLICAS

A pocas cuadras al sur del Obelisco se levanta este ministerio, que tiene de particular que soporta dos gigantescos murales en acero que se pueden ver desde mucha distancia. Representan a Eva Perón, el de la cara norte en su faceta más pública y combativa arengando al pueblo desde la radio, y el de la cara sur mostrando su cara solidaria con las clases pobres.
CALLE CORRIENTES
¿Queréis ir al teatro o al cine? ¿O pasearos por entre las placas de las estrellas de la farándula argentina? ¿O compraros un libro? ¿O quizá cenar algo rápido pero de buena calidad? Pues entonces vuestro sitio es la Calle Corrientes. Perpendicular a 9 de Julio a la altura del Obelisco,
las cuadras que se extienden al oeste de la avenida son centro de la vida nocturna bonaerense, una suerte de Broadway porteño.
Como curiosidad, el celebérrimo tango Tristezas de la Calle Corrientes se sitúa en el número 348 de esta calle, en cuyo segundo piso había un lustrador Pero a no ser que seáis unos mitómanos del tango, no vale la pena que vayáis ya que poco queda de ello: hoy en día es una casa normal y corriente .
TEATRO COLÓN

En el afán por convertir Buenos Aires en una ciudad a la altura de las grandes capitales, la alta sociedad porteña decidió construir un teatro que rivalizara con la Scala de Milan, el Metropolitan de Nueva York, la Ópera de París o la Royal Opera House. Para ello le encargaron a Francesco Tamborini, arquitecto italiano, la construcción del Teatro. Tras su muerte a los 44 años, fue su discípulo, Vittorio Meano (también italiano) el que continuó el proyecto hasta su trágica muerte, también a los 44 años, a manos del amante de su esposa. Hartos de arquitectos italianos poco duraderos, encomendaron la finalización del Teatro a Julio Dormal, belga de 52 años. Tardaron 20 años en construirlo y el resultado es el de uno de los teatros más impresionantes del mundo. Mármol amarillo y rosado de Siena, blanco de Carrara, rojo de Verona. Suelo de mosaico traído de Inglaterra, fastuosas escalinatas y vestíbulos…. Con capacidad para tres mil personas, se inauguró en Mayo de 1908 con la fastuosa Aída, de Verdi. No se nos ocurre mejor obra para abrir este templo. Al entrar en la impresionante sala, nos imaginamos la fanfarria de la Marcha Triunfal y casi se nos saltan las lágrimas.

Como colofón a nuestra estancia en Buenos Aires, tuvimos la suerte de asistir a una representación de Ópera, Ariadne auf Naxos de Strauss. Aunque no sería nuestra ópera favorita (nosotros somos más clásicos, de Pucinni o de Mozart), ver el fastuoso teatro desde los palcos y engalanado para las grandes ocasiones fue una experiencia que no olvidaremos fácilmente.
*OFF TOPIC: LOS CAFÉS NOTABLES

En Buenos Aires, la categoría de «cafés notables» aglutina hasta 55 locales. Se trata de establecimientos que, por antigüedad, arquitectura, decoración, tradición o importancia cultural, son considerados «notables» y forman parte del patrimonio cultural de la ciudad. También tienen en común que muchos de ellos fueron punto de encuentro de músicos y pintores, lugar de tertulia de actores o políticos, e incluso lugar de inspiración y trabajo de escritores. Pero lo que nos encantó de estos cafés singulares que visitamos es que son locales que te invitan a estar, a conversar, a leer el periódico, a tomar tranquilamente el desayuno mientras trabajas un poco en tu ordenador o, simplemente, a contemplar la vida.

La mayoría se hallan por el Microcentro, por Recoleta o por Palermo y nosotros disfrutamos de unos cuantos de ellos: del señorial Tortoni, donde los turistas hacen cola para entrar y que es donde paraba el pintor de la Boca Quinquela Martín, del bullicioso London City, donde Cortázar escribió y localizó su novela El Premio, del Dorrego, corazón del barrio de San Telmo, del popular La Biela, otrora aristocrático y hoy asequible restorán de comidas, y del apabullante Las Violetas con su mármoles italianos, vitrales y maderas nobles y casa de la poetisa Alfonsina Storni. Pero nuestro preferido es, sin duda, el maravilloso y sencillo cafetín Varela Varelita de Palermo, un lindo café y restorán con sus paredes repletas de afiches de películas argentinas y de motivos de la Albiceleste y que es punto de encuentro popular de las gentes del barrio. Ojalá hubiéramos tenido más días para pausar la vida en sus mesas tomando un jarrito de café y unas medialunas.
SAN TELMO
A unas cuantas cuadras al sur de la Plaza de Mayo se encuentra el barrio de San Telmo, que pasa por ser el que mejor retiene las esencias del antiguo Buenos Aires. Y para allá que nos fuimos a dar un buen paseo y a sumergirnos en el Buenos Aires tradicional.

Nos recibió el Paseo de la Historieta, un bonito y divertido homenaje que la ciudad rinde a los maestros del humor patrios y sus creaciones. La cosa comenzó con la escultura de Mafalda, sentada en un banco junto a Manolito y Susanita (no veáis la cola para hacerse la foto…) y, dado su enorme éxito, se fueron agregando muchas más. Paseamos entre las Chicas Divito, Clemente el futbolero (¡Tiren papelitos, muchachos!), Inodoro Pereyra y su perro Mendieta, Don Fulgencio y, cómo no por el solicitadísimo banco de Mafalda.

La pintoresca Calle Defensa, que vertebra el barrio y que fue antaño su vía principal, nos llevó a la acogedora Plaza Dorrego, que alberga uno de tantos mercadillos de artesanía que proliferan por la ciudad. En sus alrededores entramos en varias casas antiguas, con bonitos patios abiertos y galerías elevadas que ahora alquilan a restoranes o a tiendecitas de comercios varios. Una de esas casas, con multitud de paraguas abiertos formando un techo multicolor es repetidamente instagrameada e invadida siempre por turistas. Tened paciencia si queréis pasear por ella.
Donde nos llevamos una gran decepción fue con el Mercado de San Telmo. En su momento mercado central del barrio, aún conserva algunas paradas tradicionales de venta de alimentación. Pero fue muy triste constatar como el turismo masivo lo ha empujado a reconvertirse en lugar de paraditas de comida y bebida al paso (para llevar) y de puestos de souvenirs, como ya ha sucedido en otros mercados que tenemos en nuestras ciudades. Una lástima, ya que el bajón nos impidió disfrutar de su brutal techo y de su estructura de hierro forjado. En fin. Es el signo de los tiempos, suponemos.
RECOLETA
CEMENTERIO DE LA RECOLETA

Es una de las visitas estrella de Buenos aires. Es tan grande y monumental que se dice que es el segundo camposanto más visitado del mundo tras el parisino Père-Lachaise. Nosotros la hicimos con un free tour para disfrutar mejor de sus espectaculares tumbas y de sus incontables historias y leyendas. El espacio fue elegido en el siglo XVIII por unos monjes franceses para construir un convento y una iglesia. Cuando la orden se disolvió, su huerta se convirtió en el primer cementerio público de la Ciudad de Buenos Aires. Durante la epidemia de fiebre amarilla de 1870 pasó a ser el lugar donde las familias de clase alta «deponían» (diferenciar de enterrar, aquí todo son criptas) a sus fallecidos, convirtiéndose de esa manera en un cementerio privado.
En la actualidad, el Cementerio de La Recoleta acoge a familias importantes de Buenos Aires. Construyen aquí majestuosas bóvedas y mausoleos, donde deponen a sus familiares fallecidos Estas propiedades son a perpetuidad y su mantenimiento es caro, por lo que, aunque no hay espacio para más criptas no todas las familias pueden pagarlo; de ahí que hoy en día algunas de ellas estén abandonadas.

Aparte de contemplar majestuosas criptas de próceres (Mitre, Sarmiento, Roca y la más visitada y popular, la de Eva Duarte de Perón), un sinfín de relatos te acompañan durante el recorrido, como el de Rufina Cambaceres la mujer que murió dos veces (se cree que fue enterrada con vida) o la del «secuestro» de los restos de la abuela de Doña Felisa Dorrego de Miró en 1881. Los «Caballeros de la Noche» pidieron un rescate por el cuerpo. Capturados, su delito no pudo ser juzgado al no estar contemplado el robo de cadáveres en el Código Penal de la época. O nuestro favorito el de Tiburcia Domínguez. Se casó con Salvador María del Carril, viviendo años felices hasta que él la humilló públicamente por derrochona. No se hablaron durante 20 años. Tiburcia ordenó construir una escultura para el mausoleo donde su marido figura sentado en un sillón, mirando al sur. Pero en su testamento dejó una última voluntad: que su busto fuera instalado de espaldas al de él. «No quiero mirar en la misma dirección que mi marido por toda la eternidad». Tremendo carácter.
BARRIO DE LA RECOLETA
Tras la potente visita al Cementerio, decidimos hacer un relajado recorrido por el Barrio de la Recoleta. Hacia principios del SXX, este barrio era el más lujoso y adinerado de la ciudad, aunque
hoy en día la gente de pasta prefiere vivir al norte de la ciudad. De hecho, entre los porteños se usa la expresión recoleto para definir a alguien con dinero y con modales refinados. Un pijo, vaya.

Nuestro periplo nos llevó a contemplar palacios regios como los de la Calle Alvear, hoy reconvertidos en su gran mayoría en hoteles o embajadas como la francesa o la inglesa, paseamos por la coqueta Calle Arroyo donde nos sobrecogió el solar de la Embajada de Israel, memorial de un terrible atentado, para desembocar en el fastuoso Palacio San Martin. Hoy sede del Ministerio de exteriores, fue hogar de una de las familias más influyentes y adineradas de Buenos Aires, Los Anchorena, cuya matriarca, Mercedes de Anchorena tiene un culebrón de Netflix o de HBO esperándola. Muy recomendable su visita guiada.

El Palacio de los Anchorena se levanta en la señorial Plaza San Martín, presidida por la imponente estatua ecuestre del homónimo padre de la patria. Está a su vez rodeada de interesantes edificios como el Palacio Kavanagh (de historia entremezclada con los Anchorena) o el señorial Palacio Paz, que alberga salas de eventos, banquetes y museos. El costado norte de la plaza acaba en un mirador que ofrece una gran vista de esa parte de la ciudad hasta el río. Desde ahí se puede ver el Monumento a los caídos en las Malvinas o la elegante Torre Monumental, paradójicamente regalo de los ingleses para conmemorar la independencia de la nación (sin sospechar lo que pasaría 70 años después). Durante muchos años su reloj sirvió de primera referencia a los viajeros que llegaban a la ciudad por la colindante estación de trenes de Retiro.
*OFF-TOPIC: LAS CUADRAS

La República de Argentina, como casi todo el Mundo, se rige por el sistema métrico decimal, el de la barra de iridio/platino, ya sabéis. Pero extraoficialmente, en Buenos Aires todo se mide por una magnitud de longitud particular: las cuadras. Si le preguntas a un porteño por una dirección, su respuesta será decirte que lo que buscas está, por ejemplo, a cinco cuadras recto y dos cuadras a la izquierda. O si cuestionas si algo queda muy lejos o donde vive este o aquél, lo más seguro es que te digan que eso queda más o menos a quince cuadras, o que fulanito vive a bastantes cuadras de aquí.
Da igual si la distancia entre calles es mayor o menor, o que las avenidas sean más o menos anchas. La retícula urbana ortogonal con la que fue trazada Buenos Aires (sistema hipodámico si nos ponemos técnicos), hace que sus calles y avenidas sean larguísimas, y no es de extrañar encontrarse en su portales numeraciones de millares o de de decenas de millares. Suponemos que es por eso por lo que naturalmente se adoptó esa popular unidad de distancias. Y que el visitante acaba interiorizando rápidamente, cual porteño de toda la vida.
LA BOCA
¡Qué bonito es el barrio de la Boca! Y cómo nos encandiló su historia, que aprendimos en un tour guiado.

El aumento de la actividad portuaria a mediados del S XIX propició que muchos inmigrantes se estableciesen aquí. La mayoría italianos, empezaron a construir las inconfundibles casas de madera con los restos de material de la reparación de barcos sobre lo que era un terreno pantanoso y que decoraban con sobrantes de pintura. De ahí el origen de esas coloridas edificaciones. Las casas fueron creciendo, se les añadieron habitaciones para alquilar y empezaron a llamarse conventillos, donde llegaron a compartir espacios hasta 150 personas. Algunos de ellos son visitables y es curioso ver su distribución y estructura.

Hay cientos de historias curiosas y particulares sobre La Boca; la de su cuerpo de bomberos voluntarios, la del tango, la del Boca Juniors, la de la independencia de su autoproclamada República en 1882, molestos los vecinos con el abandono que sufrían por parte de las autoridades argentinas, aunque sólo duró dos días… pero la que más nos conmovió fue la del artista Benito Quinquela Martín (1890-1977). La musa inspiradora de sus cuadros fue La Boca. Pintó las imágenes cotidianas del barrio con un estilo personal que lo llevó exponer su obra por todo el mundo. Pero su compromiso con La Boca transcendió más allá sus pinturas: mantuvo y rehabilitó las casas del barrio repintándolas con sus colores originales, creo una escuela, un museo, un lactarium (banco de leche), una clínica odontológica y fundó la República Cultural de La Boca y La Orden del Tornillo, con el siguiente estatuto: “Todo el mundo puede ser candidato. No todos pueden merecer ser declarados locos ‘honoris causa’. Se reserva el collar de la ‘Orden del Tornillo’ para los que tengan la monomanía del bien y de la belleza, y para ceñirlo hay que tener por lo menos un poco de Francisco de Asís y un mucho de Quijote”. Qué bonito, ¿no?

El recorrido por la Boca nos llevó por supuesto a La Bombonera, cancha del equipo de fútbol Boca Jrs., donde nos explicaron el por qué de ese nombre (como siempre, dos versiones, una más bonita y otra escatológica) a las calles atestadas de paradas de souvenirs y de turistas y, por supuesto, por el precioso Caminito, antigua vía del tren del puerto y que hoy respira arte, tango, tradición y belleza. ¿Sabíais que es uno de los 10 lugares más fotografiados del mundo?
El Museo Quinquela Martín, a orillas del puerto, contiene algunas de las obras más notables de este pintor y posee una terraza con un bar desde donde disfrutar de las vistas del puerto y del singular puente transbordador Nicolás Avellaneda, que salva el Riachuelo.

Al sur del barrio, enfrente del puerto se encuentra Colón Fábrica. Este espacio de 7500 metros cuadrados es donde se almacena la producción escenográfica, telones y vestuario que se usan en las óperas y ballets del Teatro Colón, que es uno de los pocos en el mundo que realiza las producciones de sus espectáculos íntegramente en talleres propios. Su personal escenotécnico lo hace posible manteniendo vivos oficios teatrales que se transmiten de generación en generación. La preservación del material escenográfico facilita la reposición de los títulos, pero también permite prestarlos o alquilarlos a otras casas de ópera del país y del mundo (cuando lo visitamos, Aída acababa de volver de gira por Uruguay). Aquí conviven el arte y el patrimonio, la producción de nivel internacional y los ancestrales oficios teatrales.
Sólo se puede visitar mediante reserva y visita guiada, pero valió mucho la pena, ya que nos pudimos dar cuenta del ímprobo esfuerzo y la coordinación entre todos los ámbitos artísiticos que hacen falta para montar una ópera.
BARRIO DE PALERMO

El barrio de Palermo nos conquistó. Fue nuestra casa ya que ahí escogimos nuestros campamentos base (en Calle Paraguay y en la bonita Placeta Dorrego) y no podríamos haber elegido mejor.
Situado al norte de Recoleta es un maravilloso barrio vivo, de la gente, de los vecinos, agradable de pasear, de entrar en sus cafés, con una arquitectura amable y coherente sin exageraciones o monstruosidades urbanísticas, y con comercios de proximidad. Está más o menos dividido en tres áreas: Alto Palermo, más residencial, Palermo Soho, más comercial y con bares y restaurantes donde nos acercábamos a disfrutar de una cerveza en sus bulliciosas terrazas o comíamos variados platos de carne en sus asadores, y Palermo Hollywood, que es la zona que podríamos denominar «de salir» y que no frecuentamos.

Al oeste del barrio se extienden los Bosques de Palermo, quizás el área verde más popular de la ciudad. Son casi 400 Ha de bosques, lagos, paseos, plazas o zonas de juegos En ellos se encuentran el inmenso Rosedal o el gracioso Jardín Japonés, el más grande del mundo de ese estilo (fuera de Japón ,claro), con todos sus elementos tradicionales y que dicho sea de paso nos pareció muy bien conseguido. También visitamos el Ecoparque (antiguo zoológico), espacio que nos desconcertó un poco. No esperábamos encontrar animales salvajes en medio de la ciudad. En teoría, es un espacio de recuperación de animales que fueron criados en cautividad, como mascotas, por tráfico ilegal o para exhibición y que no pueden ser liberados a su hábitat, pero nos dio un poco de penita; no nos pareció un espacio amable para ellos.
*OFF TOPIC: EL COLECTIVO

Colectivo es el nombre que los porteños le dan al autobús urbano de transporte de pasajeros. Y resulta que el colectivo, (o bondi como se le llama coloquialmente) es toda una institución en la ciudad, y viajar en él toda una experiencia. La red del colectivo abarca prácticamente toda la ciudad y cada línea o grupo de líneas está operada por una compañía. Y parece que cada unas de ellas y cada conductor compite con el vecino para tener el autobús más particular. Cada línea está decorada con una librea propia y cada conductor da el toque a su vehículo.
En cuanto al viaje en sí, eso es un mundo en si mismo. Los colectivos van a toda velocidad por calles imposiblemente estrechas de manera que es recomendable viajar sentado o bien agarrado, y es habitual que las puertas se abran con el vehículo aún en marcha. Es tan así que los
conductores están obligados a no abrir puertas a más de 5 Km, como indica la cartelería del interior de los coches.
No es extraño que, sin previo aviso varíen la ruta por tráfico o por cortes en las calles, aunque nunca el destino, con lo que la imagen de la gente sacando googlemaps para ver por donde van es una imagen clásica. Ah, y no os asustéis si estando en la parada el autobús que esperáis no se detiene: pasan bastante seguido y a veces van alternando paradas para repartirse a los pasajeros.
Con todo, la red de colectivos de Buenos Aires es un método excelente para moverse por la ciudad que nosotros utilizamos un montón de veces.
ESMA Y ALREDEDORES
ESMA

Los antiguos edificios de la ESMA (Escuela de Suboficiales de mecánica de la Armada) albergan en la actualidad el Museo de la Memoria, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Su visita nos apabulló y sobrecogió, pero así y todo no dejamos de recomendarla encarecidamente por ser un lugar en donde aprender sobre unos hechos terribles sucedidos no hace mucho.
Dentro del predio de la ESMA, que actualmente alberga edificios gubernamentales, el museo se encuentra en el antiguo edificio del Casino de Oficiales, núcleo represivo del Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio de la Escuela de Mecánica de la Armada. Entre 1976 y 1983 este edificio tuvo una doble función, era el lugar de esparcimiento y descanso de las altas jerarquías de la Armada y, al mismo tiempo, lugar de reclusión de las personas detenidas por la junta militar que gobernó la República Argentina durante esos años.
La función de la Escuela se mantuvo durante todo el periodo, lo que le sirvió como tapadera a las detenciones y torturas y a la vez permitió sostener la actividad clandestina. Los talleres de mecánica o herrería trabajaban al servicio del régimen. Es probable que todos los que por allí rondaban supiesen lo que pasaba en los sótanos y los pisos altos del Casino (las Capuchas), pero nadie se atrevía a levantar la voz. Tras las torturas, buena parte de ellas eran exterminadas siendo arrojadas al mar desde un avión en los conocidos como vuelos de la muerte que partían del cercano Aeroparque. Uno de estos aviones (traído con no pocas peripecias desde los Estados Unidos) se puede ver cerca de la entrada al predio. Se calcula que alrededor de 5.000 personas fueron detenidas y traídas aquí.
No es una visita fácil, se te encoge el corazón doscientas veces veces. Pero para entender la historia hay que leer todas sus páginas, por duras que sean. Recomendamos quedarse al audiovisual del final, en la sala adjunta a la recepción, porque arroja un poco de esperanza entre tanta mezquindad y crueldad. (Si no está preparado cuando lleguéis, se puede solicitar su pase)
CHINATOWN Y BELGRANO

Necesitábamos esparcimiento después de la apabullante visita a la ESMA, que nos dejó tocados, así que montamos en el Colectivo núm. 15 y unas cuadras más al sur por Av. Libertadores, y en pleno barrio de Belgrano, nos sumergimos en la bulliciosa Chinatown. En realidad, no es más que una calle y sus perpendiculares que están llenas de restaurantes orientales, bazares de mil y un productos, tiendas de artículos frikis y de coleccionables, y supermercados de alimentos asiáticos. Leímos que la zona se empezó a conformar a raíz de la inmigración taiwanesa a fines del S XX y nos hicimos las correspondientes fotos debajo del Arco de bienvenida, que fue traído
desmontado desde la propia China.
Alrededor de Chinatown se extiende el popular y residencial barrio de Belgrano que, aparte de albergar el Monumental, la cancha de River Plate, es un buen lugar para pasear por sus plazas y parques, entre los que destaca el Parque de las Barrancas de Belgrano, antiguo cauce del Río en sus crecidas y hoy urbanizado como pulmón verde y sitio de esparcimiento, picnics y juegos del barrio.
PUERTO MADERO

Una de las zonas de la capital argentina más populares para pasear es Puerto Madero. Tradicionalmente es conocida por ser el barrio más caro de latinoamérica en cuanto al precio del m2, por lo que allí se instalaron multinacionales y hoteles de lujo. Pero a la vez es un lugar muy agradable de pasear ya que los antiguos tinglados de ladrillo rojo, que contrastan sobremanera con los ultramodernos rascacielos del otro lado del canal, se han reconvertido en populares asadores y cervecerías. Una anécdota de este barrio es que todas las nuevas calles alrededor del canal tienen nombres de personalidades femeninas. Esto es porque ninguna calle de la ciudad lleva nombre de mujer, y los ediles pensaron que sería una buena manera de subsanar esta falta.
La imagen icónica por excelencia de Puerto Madero es el estilizado Puente de la Mujer, obra del inefable Santiago Calatrava. Dicen que simboliza a una pareja bailando tango. Bueno, nos lo creeremos, pero sí que es cierto que su estilizado mástil de 39 metros le quedó muy chulo al bueno de Santiago, y luce muy bonito con su iluminación nocturna. Y a la hora de escribir estas líneas, ni se ha caído ni se ha cancelado por resbalones peligrosos, como otros proyectos del ingeniero valenciano.

Una visita muy interesante, sobre todo si os interesa el mundo naval y los barcos veleros, es la del A.R.A Sarmiento, antigua fragata escuela de la marina argentina y que ahora, tras treinta y nueve vueltas al mundo (documentadas en sus mamparos) actúa como atractivo y fotogénico museo naval varado permanentemente en el muelle del Puerto.
Tras los rascacielos del puerto, se extienden las 350 hectáreas de la Reserva Costanera Sur, un inmenso parque prácticamente virgen entre el puerto y el Río de la Plata, que mantiene a 2000 especies diferentes de fauna. Como ir de senderismo a la selva sin salir de la ciudad, vaya.

Entre el Puerto y la Casa Rosada se levanta un lugar ciertamente peculiar. Se trata del CCK o Centro Cultural Kirchner (le cambiará el nombre el guasón de Milei, como ya ha pasado con el Salón de los pueblos originarios de la Casa Rosada? ¿Lo cerrará?) Aprovechando el decimonónico edificio del Palacio de correos, en 2015 se amplió para albergar un espectacular foro multicultural que, aparte de sus exposiciones temporales, cuenta con un espectacular auditorio central rebautizado popularmente como La Ballena. Vale la pena visitarlo al atardecer para contemplar los inverosímiles juegos de luces de su parte moderna y subir a la terraza (sólo con reserva, sed previsores no como nosotros.
*OFF TOPIC: EL MATE
En Argentina, el mate es mucho más que una infusión, es un hecho social. Prácticamente cualquier reunión familiar o social va a estar acompañada de un matecito que, como toda convención social, tiene sus reglas.

¿Queréis conocer las normas no escritas del mate? Cuando el mate se toma en grupo, siempre hay una persona encargada de prepararlo (el cebador) y de ir rellenándolo con agua caliente. Será el cebador el que lo vaya pasando a cada persona del grupo, que lo irá tomando hasta que se acabe el agua, sin prisa pero sin pausa (puede ser amonestado por el resto del grupo con alguna broma si se demora) tras lo cual lo devolverá al cebador para que lo rellene de nuevo. El cebador también es el encargado de cambiar la yerba si a su criterio queda demasiado humedecida (lavada). Y no creáis que el agua se vierte de cualquier manera, que va. Todo tiene su técnica.

Aunque el mate sea de largo la infusión más consumida en el país, difícilmente, por no decir nunca, la vais a poder consumir en un bar o cafetería, así que tendréis que asistir a una reunión de amigos o familiar para tomarlo. O preparároslo vosotros, claro: sólo necesitaréis un mate (el recipiente, que puede ser el tradicional de calabaza, de metal o de plástico), la bombilla (el instrumento para sorber, de acero, alpaca o plata), la yerba y un termo o una pava (especie de tetera) con agua caliente.
En cuanto a cómo tomarlo, nosotros (y bastante gente) lo preferimos sólo, pero también se puede azucarar el agua (la yerba es bastante amarga), tomarlo con leche o con zumo. Y se puede acompañar con fruta o dulces de confitería. Consejo: quedarás de maravilla si te presentas a una reunión de mate con unas pepas, típicas galletitas perfectas para la ocasión.
MUSEOS
Aparte de exposiciones o centros culturales, también hay museos interesantes en Buenos Aires para el que tenga el espíritu cultureta. Nosotros visitamos el Museo Nacional de Bellas Artes y el MALBA, ambos en la parte norte de la ciudad.
MUSEO NACIONAL DE BELLAS ARTES

Situado a pocas cuadras del Cementerio de la Recoleta, es una colección bastante heterogénea de arqueología precolombina, exposiciones itinerantes y una interesante colección permanente de pintura de artistas europeos y argentinos, sobre todo de los siglos XVIII y XIX. La sensación que tuvimos es de que las obras estaban expuestas un poco al azar, sin ningún criterio definido por salas o por épocas y que el visitante – detective debe ir descubriendo las obras. Pero seguro que hay un orden oculto que se nos escapó.
MALBA
El MALBA, como su acróstico indica, está dedicado al arte contemporáneo latinoamericano. Y nos brindó la oportunidad de descubrir artistas totalmente desconocidos para nosotros, como Xul Solar o Tarsila do Amaral. Aparte de contemplar instalaciones temporales, algunas interesantes, otras desconcertantes.
OTRAS VISITAS
Sin pertenecer a un barrio o a una zona concreta, hay otras visitas o recorridos que también hicimos y que nos resultaron interesantes por algún u otro motivo. Aquí van, sin ningún orden particular.
PALACIO DE AGUAS CORRIENTES

Caramba, vaya palacio bonito, piensa uno ante la fachada del Palacio de Aguas Corrientes. Quizá algo opulento, como corresponde al estilo arquitectónico de la época. Pero lo más sorprendente de este palacio es que, en realidad, no es tal. La pequeña Buenos Aires de mediados del SXIX no estaba preparada para la llegada masiva de emigrantes. Las pésimas medidas higiénico sanitarias favorecieron las epidemias de cólera y fiebre amarilla, que se llevaron por delante al buena parte de la población.
Fue entonces cuando el Presidente Sarmiento proyectó las primeras obras de saneamiento y salubridad que incluyeron la creación de un depósito de agua al norte de la ciudad. Sin embargo, a los pudientes vecinos del barrio les horrorizaba la idea de tener unos tanques metálicos plantados ahí en medio, por lo que se decidió recubrir esos tanques con las ornamentadas fachadas del Palacio, que escondían un complejo sistema de almacenamiento y distribución de agua.
BASILICA MARIA AUXILIADORA

Románico, lombardo, bizantino, barroco, gótico… alguien lo definió como «neorrománico ecléctico», pero suponemos que es para ponerle alguna etiqueta, tarea imposible. Lo que al llegar nos pareció desde fuera un inocente templo, su interior es una locura, con criptas, altares y galerías allá donde miraras nos dejó sin aliento. Construida en 1900, su nombre completo es el de «Basílica María Auxiliadora y San Carlos» y sus padrinos fueron el presidente Julio Argentino Roca y la señora Teodolina de Alvear (viejos conocidos nuestros del cementerio de la Recoleta). Su espectacular y dispar ornamentación bien vale una visita.
CEMENTERIO DE LA CHACARITA

El «otro» cementerio de la ciudad, que no atrae a tantos visitantes como el de Recoleta, es el Cementerio de la Chacarita. Bastante más grande que su primo del este, resultó ser en su origen una especie de resumen de otros cementerios de la zona más pequeños que, a finales del S XIX, acabaron por no dar abasto. Una visita guiada nos confirmó que Gardel, enterrado ahí, es argentino pese a lo que dicen los uruguayos, y nos llevó a conocer tumbas de artistas ilustres y los mausoleos de las diferentes comunidades que, durante las corrientes migratorias de la primera mitad del siglo veinte, llegaron a Argentina. El más bonito, el mausoleo gallego. Y no es porque una mitad de este blog sea gallega…
LIBERÍA EL ATENEO

Situada en la bulliciosa Av. de Santa Fe, la librería Ateneo Grand Splendid (el nombre que figura en las guías) pasa por ser una de las librerías más bonitas del mundo (una encuesta de The Guardian le daba el número 1). Y a fe que nos lo pareció. Situada en un antiguo y gigantesco teatro, el Gran Splendid, se inauguró en el año 2000 y es ciertamente espectacular. La planta principal de la librería se sitúa en la antigua platea, y los anfiteatros están cubiertos de estanterías con libros. El pesado telón de terciopelo púrpura que separa una cafetería donde antes estaba el escenario, y un espectacular fresco en el techo acaban de dar esa sensación de monumentalidad.
El problema es cuando rascas un poco y te paseas por entre las estanterías. Resulta que la librería pertenece a una megacadena del ramo y sólo hay best sellers y libros multicolores de autores mediáticos o de calidad dudosa. Qué pena que no estuviéramos en una utopía y que el lugar no lo ocupara una librería de lance o de libros escogidos. O tan solo de literatura mínimamente seria. Nos quedaríamos a vivir ahí.
En definitiva, un lugar perfecto para instagramear, pero si lo que queréis comprar es un buen libro, hay decenas de librerías en los alrededores que valen mucho más la pena.
*OFF-TOPIC: EL FÚTBOL
No podíamos acabar los Off Topics porteños y argentinos sin referirnos a la pasión nacional: El fútbol. Pero esa pasión se multiplica por mil en Buenos Aires ya que no menos de 20 equipos entre primera y segunda división tienen su sede en CABA (la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) Y, por supuesto, eso conlleva rivalidades atávicas y derbis ya no ciudadanos, sino de alto nivel en los propios barrios.

El más conocido a nivel internacional es el de Boca Juniors / River Plate. En teoría, y que no se nos enfade nadie, los primeros más populares y combativos, los segundos más elitistas y garantes del buen juego. Pareciera desde fuera que Buenos Aires y, por extensión, toda la Argentina se divide entre estos dos clubes y que tienes que ser hincha de alguno de los dos. Es cierto que los dos grandes se llevan gran parte de la atención mediática, pero hay muchos porteños que no son para nada ni del uno ni del otro. Conocimos a hinchas de Racing, de San Lorenzo, de Independiente, de Lanús, de Argentinos júniors…

En cuanto a los estadios (las canchas), hay tantos importantes en la ciudad que a veces los de rivales enconados casi se tocan. Por poner un ejemplo, en el barrio de Avellaneda, el Libertadores de Independiente y el Presidente Perón de Racing están separados por tan sólo 300 metros. O las canchas de San Lorenzo y Huracán, que distan menos de 4 Km. Y en su origen, las canchas de Boca y River Plate estaban en el mismo barrio, muy cerquita una de otra, aunque River tomó en los años 30 la sabia decisión de trasladarse a los descampados de Núñez (hoy parte del casco urbano) para construir el Monumental tan grande como quisieron, cosa que para Boca es un serio problema ya que la Bombonera se encuentra encajonado entre casas con irresolubles problemas para crecer.
Vimos por fuera varios de ellos, siendo particularmente pintoresco el de Argentinos Jrs, en el barrio de La Paternal, ya que toda la fachada está decorada con espectaculares murales y pinturas del hijo pródigo, Diego Armando Maradona.

Por último, nos alivió por la parte que nos toca comprobar que el pobre Messi, que en épocas parecía tan denostado por los argentinos en comparación con Maradona, tenga ya, tras conquistar el Mundial de 2022, un reconocimiento parejo, si no mayor, que el del Pelusa. En efecto: miles de murales y pinturas en Buenos aires representan ya al rosarino. En particular nos encantó una en Palermo dedicada a los tres capitanes que levantaron las copas mundiales.
EXCURSIONES DE DÍA FUERA DE BUENOS AIRES
COLONIA DEL SACRAMENTO (URUGUAY)

Teníamos ganas de poner un pie en Uruguay, y nada más fácil desde Buenos Aires ya que el Buquebús que parte de la Estación Marítima junto a la estación de trenes de Retiro te deja, tras el correspondiente trámite de aduana, en Colonia del Sacramento en una hora. (Por cierto que el Buquebús y sus free shops de a bordo son una experiencia en sí mismos, a los que muchos porteños son aficionados y que igual contamos en otro artículo)
El Buquebús nos dejó en la estación marítima gemela de la parte de Uruguay, y tras pasar unas rápidas gestiones aduaneras, ¡Hop! Ya estábamos en un nuevo país. Habíamos contratado billete con visita guiada pero fue como no haberlo hecho, ya que la señorita encargada del tema nos congregó en el hall de la estación y nos dio un paseo de no más de 20 minutos indicándonos lo que podríamos ver por nuestra cuenta. Bueno, la intención es lo que cuenta.

La parte interesante de Colonia es su barrio antiguo y colonial, edificado por los portugueses en 1680 a partir de un fuerte y que, tras pasar varias veces de manos inglesas a españolas y viceversa, quedó como parte de Uruguay a mediados del S XIX. Esa historia queda atestiguada por sus curiosas edificaciones coloniales del paseo principal del barrio y por la puerta de entrada al mismo, el Porton do Campo, que es lo único que queda en pie de la antigua muralla portuguesa. Pero lo que nos gustó de la jornada fue pasear por sus calles empedradas como la fotogénica Calle de los Suspiros (el origen del nombre arrastra varias leyendas: ¿Es por los enamorados que la frecuentaban? ¿Por las casas de citas que había en la zona? ¿Por que era el camino que desembocaba en el muelle donde embarcaban los esclavos hacia Europa? de todo escuchamos), recorrer los vestigios de los bastiones, visitar la Catedral Metropolitana, o subir la escalera espiral del pequeño faro para disfrutar de las vistas.

Colonia se sitúa en una estratégica península en el Río de la Plata, por lo que tienen un montón de kilómetros de costanera, pequeños puertos de pescadores y paseos marítimos con encanto (ojo con los mosquitos, llevad repelente). Contemplar la puesta de sol que no puedes ver en Argentina por motivos geográficos obvios es todo un acontecimiento. Y si te coincide un día nítido como nos pasó a nosotros, parece que los rascacielos de Puerto Madero, diminutos en la lejanía, estén ardiendo en llamas por los reflejos de sol en ellos cristales. Bastante espectacular.
El casco antiguo de Colonia es Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1995.
TIGRE
A unos 30 kilómetros al norte de la capital se encuentra la pintoresca población de Tigre. Está situado en el inmenso Delta que forma el río Paraná, una vasta red de canales, arroyos e islas que forma el Paraná en su desembocadura en el Río de la Plata.

El Tigre es un lugar popular como excursión de día para los vecinos de CABA (la Ciudad Autónoma), ya que la tranquilidad y la naturaleza exuberante contrasta con el bullicio y el ajetreo de la gran ciudad. Además, en los muelles que bordean el río ha crecido lo que fue en su momento el Mercado de Frutos, del que quedan apenas un par de puestos tradicionales y ahora lo conforman un montón de locales de muebles más o menos artesanos y de otros artículos de mercadillo más o menos originales.

Es un gran lugar para pasar un día. Nosotros lo visitamos un sábado, aún a riesgo de encontrarnos con multitudes, pero tuvimos suerte y no fue así (quizás la cercanía de la pasada Semana Santa disuadió a los porteños). Tras un agradable paseo por el mercadillo y los muelles, comimos un buen asado en una parrilla sobre el río, y nos embarcamos en un barquito que te da un tour por los canales durante una hora. Pudimos contemplar las curiosas edificaciones en sus orillas (y preguntarnos cómo lo harían para ir a la compra, ya que en realidad viven en islas)**, las villas de recreo de los sindicatos y los magníficos palacios como el del Casino, aún en funcionamiento. Y, por supuesto, maravillarnos con la salvaje combinación de los canales y la exuberante vegetación.
**solución: hay lanchas que reparten los pedidos que van dejando colgados en los muelles y que a su vez se llevan las basuras, y hay otras embarcaciones que hacen de colectivo por las islitas.

1 comentario en “Guía sentimental de Buenos Aires”