
Editado en: Septiembre 2019
Páginas: 200
Editorial: Península, Colección Odiseas.
En el año 1934, la autora viajó desde Karlsbad, Austria hasta la remota isla noruega de Svalbard (o Spitzbergen), a 1000 Km de la última ciudad habitada de Noruega, para reunirse con su marido en una pequeña cabaña donde él vivía gran parte del año trabajando como cazador de pieles. Así comienza este apasionante relato publicado originalmente en 1938.
Junto con la autora, nos adentramos en los parajes desolados de las Svalbard (sólo hay unas cuantas cabañas perdidas a modo de refugio para los tramperos) y vemos como se acostumbra y luego se abandona a la belleza de los paisajes árticos. Y cómo tiene que lidiar con la abrumadora soledad mientras su marido se va a cazar durante semanas, con el miedo a los animales y a los elementos o con el terrible frío de esas latitudes.
Vale, estamos de acuerdo con los que digáis que este libro no es literatura de viajes al uso, se trata más bien de un relato de aventuras o incluso de un tratado social o filosófico sobre la naturaleza y sobre la propia existencia, pero la fascinante descripción de las tierras árticas y de las penosas travesías por la desolada isla hacen que esta lectura sea altamente recomendable para los aficionados al género (como nosotros).
